jueves, 3 de septiembre de 2009
Viejo.
En concreto, he leído la reedición de Panini de la estupenda etapa inicial de Mark Waid y ron Garney. Como suele pasar con una cantidad bastante respetable de mis lecturas, son tebeos que ya había leído, pero que no poseía (ñiacs, ñiacs) por haberlos leído de prestado. Qué buenos son, qué bueno es Waid, qué grande es Garney... y qué sabor de boca más noventero que dejan, leñe!
Pero para noventero, el tomazo de los X-Men de Jim Lee. Los tebeos de los noventa empezaron aquí, a finales de los 80, y en Uncanny X-men. El culto al dibujante, la creación de Image, los artistas clones, y el posterior regurgitamiento del medio y la "vuelta a los orígenes"... Todo eso empezó con estos comics de Lee.
Yo leí estos tebeos cuando estaba a caballo entro COU y primero de carrera, así que tenía 18 años. Exactamente la mitad de la edad que tengo ahora. Así que me he pasado unos días haciendo memoria, recordando por dónde andaba yo en aquella época, qué música escuchaba, que libros leía, etc. E, inevitablemente, haciendo un poco de examen, comparando al Alberto actual con el de antaño: cuántos sueños he cumplido (si es que he cumplido alguno), qué metas he alcanzado...
¿El Alberto de 18 años estaría contento con el de 36? La verdad, ni idea. Seguramente no, claro, es la prerrogativa de la juventud. Y la verdad es que a mí tampoco me acaban de agradar algunas cosas que recuerdo. De vivir en una película de John Hughes, me *@dería bastante que una entelequia intercambiara mi mente ¿madura? con mi cuerpo joven. Como dijo aquel, "la juventud es una enfermedad que se cura con el tiempo."
De todas formas, no todo fue malo. Les dejo con una parte importante de mi banda sonora de entonces:
Un abrazo!
lunes, 31 de agosto de 2009
1 de septiembre.
Sé que no debería quejarme. Tengo más vacaciones que la mayoría de vosotros. Qué coño, tengo más vacaciones que todos vosotros juntos. Y aún así, o quizá a causa de ello, cada año me cuesta más incorporarme al curro. En fin, el derecho a queja es universal, ¿no?
En fin, cambio de imagen (leve) pal blog y el deseo de postear más a menudo. Comienza el nuevo curso. Nos veremos...
jueves, 11 de junio de 2009
domingo, 24 de mayo de 2009
De Franco a la LOGSE?
"La falta de disciplina, la dificultad de concentración, el desprecio a la memoria y las humanidades y los bajos resultados en matemáticas forman parte de un virus que, como esta gripe globalizada que padecemos, se extendió por todo el mundo. Aquí, el virus tomó distintos nombres, la LOECE, la LODE, la ESO, la LOGSE, pero todo viene de la misma cepa: entender que el conocimiento se podía adquirir aunque fuera disminuyendo, a cada reforma, el nivel de esfuerzo."
Pues sí, pues sí. Pero hay otros dos aspectos de la columna que me atraen más que la pataleta (por bien que siente). Por fin alguien llama a las cosas por su nombre, y denuncia a esos personajillos a los que cualquier mención a los modales, la educación y el buen comportamiento les suena a franquismo (que no franquinismo, ya quisieran...):
"¿Soy yo sola la que siente un cansancio infinito cuando en una conversación, por ejemplo, sobre la educación en España, intuye ese instante en que nuestro interlocutor se siente impelido a informarnos de que existió el franquismo y hubo curas, monjas y hostias y una sofocante educación religiosa y tirones de orejas, humillaciones gimnásticas y reyes visigodos, y que, aunque entiende que la enseñanza no está en sus mejores momentos, considera que siempre es mejor el desmadre actual que el autoritarismo de antaño?"
Precisamente el otro día, tomando café con mi director (a propósito, mi director es un clon de Kiko Veneno -verídico-), me comentaba que él se manifestó en sus días por abrir las puertas del instituto, para años mas tarde encontrarse conque tenía que cerrarlas por orden y mandato de la Consejería de Educación. Qué cosas...
Por supuesto, estoy en contra de cualquier tipo de castigo. Pero una cosa sí que les repito a los orientadores (los psicólogos) del centro cada vez que sale la conversación: estamos en educación secundaria; creo que tenemos derecho a pedir un mínimo de educación "de serie" a nuestros alumnos. No pienso perder tiempo de clase enseñándole a los nenes como tienen que sentarse, pidiéndoles que saquen la libreta, los libros, pasando revista a sus pertenencias, pidiéndoles que no chillen, que se sienten, que respeten el turno de palabra (y agradecido que estoy, ¿eh? que he estado en centros donde los alumnos hacían cosas mucho más perras en el aula)... Eso tiene que venir aprendido, o de casa, o de primaria. Lo que me lleva a preguntarme: si sé con seguridad lo que les han enseñado en casa (nada)... ¿qué les han enseñado en primaria?
Retomando. Que si los chavales y chavalas no tienen intención de comportarse de serie, pues hay dos opciones: o los inflo a partes disciplinarios hasta que son expulsados de 3 a 5 días (unas pequeñas vacaciones para el resto de compañeros y alumnos); o directamente QUE NO VENGAN A CLASE. Porque a sus compañeros y los profesores les resulta un ESFUERZO (sí, como el que comenta Lindo en su artículo) venir a clase, estudiar, preparar las clases, prácticas, tomar apuntes, levantarse temprano, venir con la mochila cargada de libros, etc... Si no se está dispuesto a realizar dicho esfuerzo, pues dedícate a otra cosa.
Y aquí viene la otra idea que aporta Lindo: el caso de la Promise Academy, en Harlem. en este instituto de barrio chungo de Nueva York, un grupo de profesores comprometidos (sí, amiguitos, existen!) propusieron UN CONTRATO LEGAL a sus alumnos y a sus padres. El claustro se comprometía a conseguir que los alumnos salieran del ghetto; los alumnos se comprometían a comportarse en clase, estudiar, vestirse adecuadamente para estar en un aula (no como si fueran a hacer surf o... otras ocupaciones), etc; y los padres se comprometían a que sus hijos no faltarían a clase, no estarían en la calle maleando, estudiarían en casa... Un poco como en Coach Carter.
Sinceramente, creo que dicho contrato no funcionaría en España. Por una razón muy sencilla: aquí la peña, o no quiere darse cuenta de que vive en un ghetto, o no quiere salir de él. Han sido 10 años de alumnos expulsados de los centros al cumplir por fin los 16 años que aparecen a los dos meses por el recreo conduciendo un Audi A3 porque ganan de peones en la construcción más que tú de profesor. Son demasiados años menospreciando el esfuerzo, el trabajo y la cultura desde todos los ángulos de la sociedad.
¿Lo peor de la ESO? La "O" (de OBLIGATORIA).
lunes, 18 de mayo de 2009
Intrusionándome.
Desde hace unos días se está debatiendo en el imprescindible blog de Pepo Pérez sobre el tema de la profesionalidad de los autores españoles. Sobre todo, sobre si ciertos autores que se dedican al cómic como actividad secundaria, es decir, que viven de otra cosa, se pueden o no considerar INTRUSOS en esta “industria”, como proponía originalmente Sergio Bleda.
A lo largo del debate se ha hablado de la actividad editora, en algunos casos de forma muy laxa, sobreentendiéndose que los editores españoles tienen en su mayoría un origen aficionado, y que muchas veces no son claros con los autores, cuando no intentan engañarles o menoscabarles directamente.
Bien, me voy a meter en camisa de 11 varas, o a tirarme piedras sobre mi propio tejado, como prefiráis.
Como algunos ya sabéis, hace un par de años formé parte de un proyecto editorial, Saturno Ediciones. Si sabéis de lo que hablo, benditos seáis. Y sí, mis dos compañeros y yo eramos unos aficionados. Con mucho amor por el medio y muchas ganas, pero unos aficionados. Me cuesta un poco hablar de esto porque, aunque hubo muchas causas para el fracaso de Saturno, me lo sigo tomando como algo personal.
Pues, claro, de vez en cuando, en los pocos Salones a los que pudimos asistir, se nos acercaba un autor novel ofreciéndonos un cómic propio. Y la verdad es que la mayoría tenían muy buena pinta, y en sintonía con el material que publicábamos. Pero siempre se llegaba al mismo escollo. Veréis, es que hay que explicar ciertas cosas.
Imaginaos que montáis una editorial. Y os mola el cómic de capa y espada. Entonces, revisáis el catálogo de una editorial afín a vuestros gustos y veis, por ejemplo, THE PORTENT, de Peter Bergting, una obra con muy buenas críticas, 140 páginas a color, recopiladas en un tpb con portada exclusiva y extras que incluyen pin-ups de Brom y Mike Weringo. Contactas con Image y acuerdas un precio por los derechos y los materiales. Luego, hay que traducirlo, rotularlo al español, registrarlo, imprimirlo y distribuirlo. La distribuidora liquida la tirada y os reintegra las ganancias.
Hay otra opción. Contactáis con un autor local que os guste, que su obra esté en consonancia con vuestros gustos y le ofrecéis que os haga una historia de esas 140 páginas, a color. Los gastos de rotulación y maquetación de pronto suben, porque tenéis que apañaros un diseño propio, pero bueno, compensan por la traducción. Y, claro, también hay que imprimirlo y distribuirlo, y esperar a que la distribuidora liquide para cobrar.
Para que sean igual de rentables ambas opciones, el autor local debería cobrar por esas 140 páginas a color lo mismo que han costado los derechos y los materiales de reproducción de la obra extranjera. Y señores... la diferencia es ABISMAL. Y para muestra: un dibujante español que actualmente está publicando en Francia nos ofreció publicar un cómic propio. Nos gustó mucho, y empezamos a negociar un precio. El hombre quería cobrar 100€ por página, un precio que se encuentra en la línea media-baja de lo que se cobra en Francia o en los USA. Hicimos cuentas y no era posible. Con lo que nos salía publicarle un cómic de 48 páginas podíamos o comprar los derechos de 4 tpbs americanos, o financiar uno de nuestros tomos entero (derechos, imprenta, etc.). Simplemente no era posible.
¿Deberíamos haber sido más valientes? Es una espinita que tengo/tenemos clavada. Pero una editorial no es una ONG. Es una empresa, creada con mucho amor por un medio, pero para ganar dinero. Y esto no es mercantilismo, es que SI NO GANAMOS DINERO SE ACABÓ LA EDITORIAL, así de sencillo. Vamos, como de hecho se acabó, jaja, ejem... no, no tiene gracia.
¿Dónde está el problema? Bueno, seguramente si hubiéramos tenido más ventas, habríamos tenido más margen de beneficios (cualquier margen mayor de cero ya es beneficio!) y nos hubiéramos lanzado a publicar a este autor y a unos pocos más. Pero las ventas son las que son. Tiradas muy reducidas (1500-2000 ejemplares), de cuyo beneficio la distribuidora se queda el 47% (¡y esto no es un robo, eh? ni mucho menos), lo que obliga a ajustar el precio para cubrir gastos con un porcentaje de ventas irrisorio. Y claro, la gente TIENE QUE COMPRAR LOS COMICS, que es la auténtica madre del cordero.
Porque como muy bien apunta Pepo, si en España hubiera un auténtico mercado del cómic, con un volumen aceptable de ventas, eso llevaría a la directa profesionalización de autores y editoriales, y de paso, de todos los mandos intermedios: traductores, maquetadores, articulistas, etc.
En fin, ya he llorado suficiente.
Un saludo!
sábado, 16 de mayo de 2009
Amo a mi mujer / Carpe Diem
Me gustaría poder decir que mi maquiavélico plan para engañar a mi señora ha funcionado (...acabo de sonar como un puto calzonazos... ¡bah, paso!), pero en realidad han sido circunstancias personales bastante dolientes las que han hecho que ambos los dos reescribamos nuestro manual del quehacer diario.
¡Eh, eh, QUE NO NOS DIVORCIAMOS, NI NOS SEPARAMOS, NI NA DE NA, HOMMMBRE!
Simplemente son cosas de las que ahora mismo no me apetece hablar en el blog. Más adelante, quizá.
A propósito, va a ser una visita relámpago, viernes-domingo, yastá. Así que tendrá que ser relampagueantemente intensa, jiu, jiu, jiu...
¿La personita? Pa comésela enterita con patatas, gracias por preguntar.
Nos vemos en septiembre...
miércoles, 13 de mayo de 2009
Firmas, firmas.
En fin, el pasado viernes 8 de mayo, de 7 a 9 de la tarde, la parejita, Miki&Duarte estuvieron firmando ejemplares de su libro "Y riete de las Crisis" (no, no va de superhéroes) en el stand de la Librería Luces de la Feria del Libro de Málaga.
Servidor, su media naranja y la personita, amén de más peña interesante, fuimos testigos del devenir de gente que se acercaba con su ejemplar recién comprado buscando una dedicatoria. Un devenir quizá escaso a ojos que han visto kilométricas colas de firmas en Salones del Cómic varios, pero constante y, sobre todo, diverso (padres, niños, abuelos, gente desvinculada del mundo de los tebeos).
Un par de afoticos:
Jejeje, me parece que es evidente quien es el guionista y quien el dibujante, ¿verdad?
Chaus!